miércoles, 6 de noviembre de 2013

Calurosa tarde


    Eran las tres de la tarde, hacía mucho calor, ella estirada sobre el pasto tomaba sol desnuda, sólo cubierta con unos anteojos oscuros, yo, de muy cerca la dibujaba, cada detalle sobrexitado le entregue el dibujo y luego de hablar algunas cosas sin sentido comenzamos a tener un sexo despiadado bajo los dementes rayos solares... una y otra posición, cada vez con mayor intensidad, ni siquiera sabía su nombre, sólo que posaba en cuerpos en un parque donde me dedicaba a escribir y dibujar mujeres. Mi cuerpo y mente rejuvenecidas por el acto, ahora no eran mis manos las creadoras, sino mi entre pierna y la suya, nuestros cuerpos calientes gozaban y luchaban entre sí. Mientras tanto, sus lentes permanecían estáticos, como un antifaz, aún así, podía ver al interior escondidos sus ojos risueños, todo era sexo, libertad sexual al interior de un parque. Qué normal, ir a dibujar y terminar fornicando como los dioses. Calurosa tarde mirada desde el vidrio de un lente. Caliente tarde iniciada por un lápiz y una hoja de papel.

Nicolás Cuevas