jueves, 16 de agosto de 2012

Hombre que mira a la Luna



 
Es decir la miraba porque ella se ocultó tras el biombo de nubes y todo porque muchos amantes de este mundo le dieron sutilmente el olivo.

  Con su brillo reticente la luna 
durante siglos consiguió transformar 
el vientre amor en garufa cursilínea 
la injusticia terrestre en dolor lapizlázuli. 

Cuando los amantes ricos la miraban desde sus tedios y sus pabellones satelizaba de lo lindo y oía que la luna era un fenómeno cultural.

 Pero si los amantes pobres la contemplaban 
desde su ansiedad o desde sus hambrunas 
entonces la menguante entornaba los ojos 
porque tanta miseria no era para ella.

  
Hasta que una noche casualmente de luna 
con murciélagos suaves con fantasmas y todo 
esos amantes pobres se miraron a dúo 
dijeron no va más al carajo selene. 

    Se fueron a su cama de sábanas gastadas 
con acre olor a sexo deslunado 
su camanido de crujiente vaivén.

Y libres para siempre de la
 luna lunática 
fornicaron al fin como dios manda 
o mejor dicho como dios sugiere. 


Mario Benedetti


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