domingo, 16 de diciembre de 2012

Miedo a ti mismo



   Unas cuantas copas de vino tinto, unos cigarrillos en la penumbra de la noche. Ella con su tiempo acotado. No hay tiempo, no hay espacio para esto hoy. Pensaba como siempre, sus pensamientos eran sus peores enemigos.
  Tócame, bésame. Todo hazlo y no, pero sé sutil. Una caricia tras otra. Mientras tanto, él la miraba cómo se ponía su chaqueta y se largaba como siempre. 
  -Este puto miedo que tienes podría ser tu cárcel mujer. Ahora vete, hazlo como siempre. 
   Ella lo miro, tomó su chaqueta, la tiró y se dejó llevar. Adiós puto miedo que me tienes siempre escapando. Y se despojó.

Paz Huenulao

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