jueves, 25 de abril de 2013

Alfredo Lewin: ¡Hablemos de música!

 ¿Quieren Rock?
Mega conciertos en la copia feliz del Edén


   “Lollapalooza”, “The Metal Fest”, “Maquinaria”, “Cumbre del Rock Chileno”, entre otros shows copan la agenda musical fin de semana tras fin de semana. 

   Guitarras, ritmos, melodías y un público descontrolado colma los recintos para disfrutar de sus bandas favoritas. ¿El costo?, un aumento sustancial en el precio de entradas y segmentación etaria-social regido por el mercado.

   El emblemático padre del rock Chuck Berry (86 años) se presentó el pasado 14 de abril en Argentina, su actuación fue calificada de lamentable y decadente por la prensa de espectáculos trasandina: “el pobre Chuck dio lástima” destacó el medio argentino rock.com. En tanto, la revista Rolling Stone señaló: "No fue un show mediocre, malo, pésimo ni calamitoso. No tuvo errores: fue un error”. Tres días después se presentó en territorio nacional, el diario La Tercera indicó: ”El músico dio uno de los shows más bochornosos en la historia de la cartelera local”. Pero el trasfondo del tema no radica en la edad del artista, sino en la comercialización avasalladora de la industria del entretenimiento. Tristemente, el creador de “Johnny B. Goode” y “Roll over Beethoven” es víctima del abusador negocio musical. 

   Alfredo Lewin, animador de TV y locutor de la Radio Sonar señala: “Uno podría considerar toda la gira de despedida de Chuck Berry como una gran estafa, acá lo que importa es el entretenimiento, que el show siga, da lo mismo si el tipo se muere en el escenario, sería más atractivo aún. Es una cuestión penosa, pues todo esto es un circo, pero deben proteger a ciertos artistas”. 

   Desde 1989 la cultura chilena ha experimentado cambios esenciales en el desarrollo de los mega conciertos: estadios repletos, festivales temáticos, serie de panoramas musicales para el consumo de las masas. Tras la presentación del escocés Rod Stewart (Estadio Nacional), los conciertos no han cesado y el país se ha vuelto un lugar destacado por las productoras a la hora de realizar eventos por Sudamérica. Según, explica Rodrigo Martínez, encargado de prensa y producción de la empresa trasandina DG Medios —la mayor productora de mega eventos en el país—, “Chile representa un concepto clave: economía de escala”. 

   Dos mega conciertos se realizaron en la capital semanas atrás, por un lado, “Lollapalooza” efectuado desde 2011 en Chile por la productora nacional “Lotus” en coordinación con agentes norteamericanos. En relación al desarrollo de aquel festival Raúl Valdés integrante del equipo indica: "Chile se vuelva una capital musical, de cultura y turística". El evento aglutina un público adolescente-juvenil y los precios van de $55.000 (preventa) hasta los $160.000 (entrada vip). 

 
  Por otro lado, la segunda semana de abril se llevó a cabo “The Metal Fest”, show que reúne a los máximos exponentes del metal mundial y nacional, dirigido a un público adulto-juvenil, se ejecuta desde 2012 en el país a cargo de la productora extranjera “Metal Open Air”, sus precios van desde los $33.000 a $50.000 pesos. 

   El aumento de los precios es producto de diversos factores, principalmente por la economía de escala en contraste con Argentina, Rodrigo Martínez (DG Medios) expresa: “En Santiago hay 5.3 millones de habitantes, en Buenos Aires son 14,9 millones, eso hace que exista público para llenar dos veces un estadio, que además, te lo arriendan dos veces por el precio de una fecha”. Segundo: infraestructura, el vecino país presenta cerca de diez reciento ad hoc, además de hotelería barata. Tercero: “quizás el más importante, allá los conciertos no pagan IVA, beneficio al que difícilmente se puede acceder en Chile: para hacerlo, hay que tener el patrocinio de alguna Universidad”, recalca el representante de la productora. A su vez, el periodista de la página Zona, Luc Gajardo exclama: “en Chile hay mucha gente con dinero o dispuesta a endeudarse para pagar casi cualquier precio. La irracionalidad económica es evidente: hay gente dispuesta a pagar 100 pesos por algo que vale 70 pesos”. . 

   “Somos parte de un país donde todos los medios de acceso pagado a la cultura o al entretenimiento son viables”, dice Alfredo Lewin. De tal modo, el mercado ha explotado un nicho comercial a través de los espectáculos musicales, “el sistema económico social apunta en todo orden de cosas aprovecharse del consumismo de la gente, hacer esa crítica es mirar el vaso medio vacío por tener la posibilidad de ver mega eventos, pero esto es una gran corporación del entretenimiento que lo único que se preocupa es de facturar más, los grupos quieren facturar más, la productora local o latinoamericana también y nosotros somos lo que pagamos. El hecho de estar inscritos en el circuito es una gran plataforma del negocio big time”, enfatiza el locutor radial. 

   En tanto, Martínez (DG Medios) asegura: “año a año el negocio se vuelve más lucrativo para las productoras, porque Chile se ha posicionado como una fecha segura en la gran mayoría de las giras sudamericanas. Pero advierte que eso no va a bajar los precios de las entradas, mientras los factores anteriormente mencionados permanezcan igual”. 

   La seguidilla de conciertos ha incrementado la industria musical local, permitiendo la proliferación de nuevas bandas, pero sin un rentable sustento económico equivalente al externo, pues el bajo apoyo local es producto de ventajas publicitarias. Sergio “Pirincho” Cárcamo locutor de Radio Futuro indica: “somos pocos habitantes, con poco poder adquisitivo. Yo entiendo que venga Slayer y la gente se gaste su plata para ir a verlos, porque vienen una vez a las tantas. Pero de ahí pasan semanas para tener la plata para ver bandas chilenas”. Asimismo, la cultura musical chilena experimenta un auge creativo y mediático destacado. “Mientras más inserto en el medio internacional y cercanos a tales eventos, más valor le otorgamos a lo que hacemos acá. Sin ser chovinista o nacionalista, pero ahora la propuesta (chilena) a nivel latinoamericano es más interesantes que la mexicana o argentina”, explica A. Lewin. 

   El apogeo medial de estos eventos resulta asombroso, tomando en cuenta las características geopolíticas del país, pero hoy es una realidad que en marca la cartelera artísticas cada semana, lo cual explica que en tan sólo 15 días se presenten los máximos exponentes del Rock a nivel mundial, por un lado, Metallica; por otro, Iron Maiden con Slayer; y por último, la leyenda del género Black Sabbath acompañado de Megadeth. Chile se ha transformado en un lugar rentable en materia comercial, y el entretenimiento musical no está ajeno al control del mercado e industria. Es plausible ser espectador y protagonista de tales espectáculos, lo cual contribuye al desarrollo cultural del país, pero deben haber límites comerciales sobre todo en la explotación indiscriminada, tanto en costos como en calidad. Se baja el telón, pero el show continúa poderoso acosta de los sumisos consumidores que impávidos obedecen lo que rige el mercado. El negocio crecerá y se volverá más fuerte hasta que los usuarios no asuman el rol correspondiente. 

Nicolás Cuevas P.

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