sábado, 11 de octubre de 2014

Momento de avanzar


¿Porqué los artistas locales son despreciados en su lugar de origen o no cuentan con el apoyo necesario para potenciar una escena?


Sin duda en el último tiempo la industria cultural ha ido desarrollando sus capacidades no sólo de creación, sino también de difusión, pero existe un factor fundamental que no se ha explotado de manera eficiente que involucra al artista, medios o canales de difusión, espacios comunes, público y gestión. Cada punto sigue funcionando por su cuenta y no logra cohesionar una línea directa en el sistema de producción cultural, especialmente la música.

Decenas de artistas desde sus posibilidades recrean, exploran y satisfacen ciertas necesidades; otros más audaces crean y rompen parámetros, otorgan frescura al proceso creativo, pero desde la independencia lo cual tiene ventajas y desventajas. Actuar con autonomía es libertad, pero considerando que para fortalecer las redes culturales es prioritario contar con herramientas de financiamiento y trabajo profesional, es indudable claudicar. De tal modo, involucras tiempo y personas en la calidad, aterrizas las ideas se vuelven tangibles y disfrutables.

Pero hay un punto que sigue siendo débil: la creación de audiencias o público, hoy, existe una oferta inagotable de artistas locales ligados a determinados nichos o segmentos, por ejemplo, rap, rock o pop, y dentro de ellos otros sub-estilos. En la actualidad experimentamos una etapa abierta y accesible con instrumentos de difusión como internet, pero la creatividad y sentido de propiedad juega en contra, pues un muchacho tiene la oportunidad de observar una producción millonaria de alguna banda norteamericana que no representa ni comparte su realidad, pero es más atractiva. En la vereda contraria se realizan diferentes eventos de mejor elaboración, pero aún atacando de manera dispersa, no se integra al público  como agente cultural, sino como cliente, grueso error, pues este colabora directamente en la ejecución, producción y consolidación.

Discos producidos por artistas regionales (2014):

La Chupilca de Don Sata - Lover
Baldur - Blood and Thunder
Blues Berry - No Tomo nunca más
Mr. Mime - Yeah!
Errante - Punto de Quiebre
Kayron - Intra Realis
Eskoria Humana - Transgresores del Sistema
Doxx - Obras Frías
La Kaña - Esto es cumbia weón oh!
Seis Meses - Libi in la pobla
Muerte Criminal - Desde las llamas surgen las cenizas
Necrofusión - Fragmentos de la Ciencia
Maldito Payaso - El origen del Kaos

Hasta la fecha se han publicado 13 discos, variados estilos y trabajos con una calidad tremenda, algunos con mayor explotación, pero cada LP respondiendo a sus inquietudes artísticas únicas o grupales. Sobre el apoyo: nulo, cada banda y creador  ha apelado a la autogestión de recursos para llevar a cabo sus álbumes, presentaciones e iniciativa personal para poder concretar escasos espacios de difusión directos, es decir, tocatas y eventos, en muchas ocasiones artistas pasados a llevar por locatarios sin respetar acuerdos. La complementación del trabajo con artistas visuales o diseñadores locales, sumando a la  instauración de salas de ensayo de buena calidad, y estudios de grabación como “L-Mental” han contribuido al desarrollo y construyen las bases para activar la cadena de producción cultural, pero aún con débil impacto, tomando en cuenta la posibilidad real y concreta de potenciar un agujero económico que otorgue identidad e ingresos, pero la audiencia sigue sin responder, quizás, por el individualismo musical o pasajeras modas que reordenan la forma de consumo, apelando a viejas fórmulas, el egoísmo que nunca ha dado buenos frutos.

Artistas y material hay, las herramientas también, los canales son libres y al alcance, el fortalecimiento de espacios culturales como bares, teatros o plazas, es la tarea de corto plazo. Establecer alianzas estratégicas con autoridades e instituciones idóneas, pero es fundamental trabajar y potenciar la cultural musical local con mayor astucia e inteligencia para seducir y apelar al público, todo proceso creativo y cultural es revolucionario, pero debe ser constante para llamar la atención, sin repetir moldes, para mantener vivo un movimiento artístico, ojalá diverso y amplio donde exista colaboración y unión. Seguir atacando de modo individual es un error, seguir en la misma lógica del fracaso, pues al mirar la música como plataforma de generación de ingresos es una gran alternativa para profesionalizar, explotar y exportar calidad, no sólo de discos, sino shows entorno a la diversión. Es cosa de abrir los ojos y observar como en otros lugares de Chile incipientes escenas ahora son movimientos sólidos que efectúan grandes festivales. La SEXta  región está en el proceso adecuado para madurar y dar el siguiente paso, es cosa de organización y salir del estado congénito de mediocridad.


Por Nicolás Cuevas P.

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