miércoles, 31 de julio de 2013

Hablando palabras mudas


   Ese momento no era el indicado, así que preferí sacarle sonrisas y verla alegre, no confundirla con mis idearios y confusiones. Sólo tenía una hora y media para encontrar la respuesta indirecta, sabía del poco tiempo que disponía y era mejor mostrar distancia como cuando algo no te gusta, pero lo debes hacer igual.

   Antes que llegará escuchaba música y leía ese libro (de los nazis qué aún no termino, al igual que esta historia: quedo inconclusa). Esperaba ver tu rostro mientras echaba unas ojeadas a las páginas, pero nada, en la mochila tenía guardado un regalo por su cumpleaños que luego olvidé entregar. Las ganas de fumar me ganaron así que fui a otro lugar para encender un cigarro, en eso doy la vuelta y te sientas en la misma banca donde te esperaba, me hice el desentendido mientras fumaba, saque mi libro de poemas, de reojo leía algunas líneas estaba contra el tiempo, luego me senté y ella llegó.

   Hablamos de varias cosas, de lo que le había sucedido en su semana, etc. El reloj jugaba contra mí, pero la situación no era para decir tales palabras, yo reprimía lo que sentía, quería besarla y decirle todo, pero fui un hipócrita, quizás saber que todo se iría a la mierda me atemorizaba, guarde silencio y sólo pude reflejar mi más sincera mirada cuando conversábamos arriba del bus. Todo el viaje hablando de dispersas cosas, no dije nada, según yo no era el momento, no tenía nada que perder, pero no sentía la garantía para apostar por mí, ella estaba en otra y yo conquistado por sus encantos.

   Me despedí, tranquilo, pensado que el momento ya estaba cimentado y todo lo aclararía después para darme con un paso al costado o quién sabe qué. Chau! saque un cigarro y comencé a caminar, había perdido sin ni siquiera correr el riesgo. Mientras buscaba el libro abrí la mochila y vi el regalo... jajaja quizás en analogía a tal hecho hubiera pasado algo similar: sorpresa.

  Ya varias semanas han pasado, trate de decir las cosas como corresponden, pero nulas fueras las respuestas. Por lo menos, para decir adiós de modo elegante, pues a las personas que se les quiere se les respeta, y yo le había agarrado bastante cariño. Ya varias semanas han pasado y nada. Qué hueón fui, me enganche de alguien que no estaba ni ahí jajaja. Lo mejor es ir a un nuevo derrotero, no molestar y compartir felicidad.

Nicolás Cuevas

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